Artículos de Domingo Delgado de la Cámara
LAS GUITARRAS NO LAS HACE QUIEN LAS TOCA
02-10-2015
Después de una serie de incidentes lamentables por decir lo que pienso y por no hacer la pelota a los que mandan, decidí dejar de hacer crónicas diarias de las corridas que presencio. Pero hete aquí que unos cuantos amigos me han vuelto a convencer para que haga crónicas. Hay un ciento de incondicionales, que les apasionan mis reseñas y no han parado quietos hasta que me han convencido para que vuelva a las andadas. Pues allá voy, como dijo Fray Luis de León, decíamos ayer…
Primer festejo de la Feria de Otoño madrileña, novillada para abrir boca… y tostón de campeonato. Los novillos de El Torreón, propiedad del matador César Rincón, propiciaron una tarde aburridísima. Hablando en castizo, la novillada fue un coñazo. Además de chicos y mal presentados, los novillos fueron una birria por su escasa fuerza y nula raza. Y es que los toreros metidos a ganaderos, quieren unos toros tan nobles, que se olvidan de la casta; quieren unos toros con tanta clase, que se olvidan de la fuerza. El resultado de tan equivocado proceso selectivo son los novillos de ayer, inválidos y ayunos de picante.Unas reses que en realidad no sirven para nada, porque es imposible emocionar al respetable con estos ovejos.
Todas las figuras del toreo metidas a ganaderos, han fracasado en el empeño. Y es que sus muchas horas de sufrimiento delante del toro, les inhabilitan como criadores. No quieren criar el toro que da miedo y pega cornadas, el resultado es el toro nulo de casta. En el fondo, ser torero y ganadero, son actividades incompatibles.
Por cierto, uno de los primeros toreros ganaderos fue Curro Cúchares, cuando se hizo con la ganadería del Marqués de la Conquista, le dijo al Duque de Veragua: - Ahora va usted a ver lo que es criar buenos toros. - Desengáñate Curro, no hace las guitarras quien las toca. La contestación de Veragua, primer ganadero del momento, es un dechado de profunda sabiduría. A lo largo del tiempo, cambian los personajes, pero no las situaciones.
Tan tristes y blandos novillos han impedido el éxito de los novilleros. Pero entre caída y caída hemos podido atisbar las posibilidades de Filiberto Martínez. No le hicieron caso ante su primero, un inválido total, que debió ser devuelto. Con el cuarto, vimos un torero de trazo largo, que echa la muleta delante y lleva la embestida hasta el final. A pesar del viento que hacía en los medios, toreó con limpieza y ligazón, mientras el novillo duró. A este novillero hay que volverle a ver, con novillos más serios y potentes. Cuarta comparecencia de Alejandro Marcos en Madrid. De su primero poco que decir, el bicho tenía clase, pero estaba tan aguada, que era imposible la conexión con el tendido. El quinto ha sido devuelto, le ha sustituido un manso redomado de Dolores Rufino. En este novillo ha habido dos buenas series con la zurda, cosa no fácil, debido a la incierta embestida del animal. Marcos es un torero de excelentes maneras. Sigue teniendo crédito por su clase.
Joaquín Galdós tampoco ha tenido opciones de triunfo con un lote desinflado y con menos gas que una gaseosa. La primera vez que vi a Galdós tuve claro que Julián López era su referencia. Ahora tengo la impresión de que ha cambiado el concepto. Ahora es Manzanares padre el torero donde se mira. Cuidado, Manzanares padre tiene grandes virtudes como la composición y, sobre todo, la cadencia. Pero también tiene el enorme defecto del pico a destajo y el toreo de ventaja… esperemos que Galdós se quede con lo bueno y sepa descartar lo malo. De todas formas, es un novillero en plena evolución técnica y estilística, hay que perarle. Matando, mal los tres, como siempre últimamente. Lo mejor de la tarde, dos pares de banderillas de gran categoría de Raúl Adrada al sexto de la tarde. Se desmonteró con toda justicia. Quien se crea que voy a sacar la estaca para arrear a los novilleros, va listo . La estaca la guardo para esas figuras del toreo, que tanto daño están haciendo con sus fraudes y sus privilegios injustificados. Dar un palo a un novillero, mientras se alaba hasta el delirio a la figura de turno, es de cobardes y de mala gente. Para fraseando a García Lorca, hay que saber ser blando con las espigas y duro con las espuelas.
Domingo Delgado de la Cámara.
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